Cuando hablamos de dolor o sufrimiento hablamos de emociones, de momentos o etapas que transcurren en nuestra vida. El dolor es un indicador de que algo falla o en cierto modo de alguna amenaza o algo que hemos perdido. Al igual que si perdiéramos un miembro de nuestro cuerpo, cuando hay una perdida emocional se produce dolor y sufrimiento. La manera más eficaz de afrontarlo no es evitarlo, huir o sustituirlo, sino aceptarlo.  El sufrimiento se produce porque algo externo ha formado parte de nuestra vida, en psicología se llama condicionamiento (véase condicionamiento clásico y operante). En este caso se ha formado una “unión” a base de la repetición. Sin embargo cuando lo aceptas, el sufrimiento deja de causar un daño emocional a comienza a ser un daño meramente físico, como un dolor seco sin huella, cómo algo externo. Para exponerlo de forma gráfica, hace unos días me picó una avispa, el dolor fue tan intenso que fue como si una mano me estrujara la cabeza, de repente cambié mi pensamiento ¿Qué puede hacer una avispa? ¿Tan solo es una picadura?  Mi atención se fijó en el punto rojo que había dejado, ese punto diminuto que empezaba a hincharse pero increíblemente ya solo me dolía esa pequeña área, todo el sufrimiento, la sensación de la mano oprimiéndome la cabeza, ese cosquilleo por todo el cráneo  había desaparecido.

A continuación os dejo con este video, espero que os guste:

 

 

 

Alejandro Bautista
Psicólogo, Coach y experto en Neurociencia


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