Los límites son necesarios para definirnos como personas. El cerebro trabajando con cosas concretas, es un especialista en reconocer patrones externos, pero sin embargo no es tan bueno en el autoreconocimiento, para eso hace falta intencionalidad, que dicho de otro modo es autoconocimiento, autoconciencia. Para que eso suceda tenemos que salir del piloto automático que a veces es tan eficiente y cómodo para ponernos manos a la obra e identificar esos límites que de algún modo es la máxima del Oráculo de Delfos
“Conócete a ti mismo”
Tenemos que aprenderlos al igual que tenemos que desaprenderlos. Tenemos que aprender a ser adultos mientras crecemos, al igual que tenemos que aprender a ser niños cuando somos adultos.
Niños:
En el caso de los niños, nosotros que se supone que somos los adultos tenemos que enseñarles emocionalmente a conocerse por un lado. Por otro, los límites también son las normas de coducta, lo que está bien y lo que está mal, las cosnecuencias que tiene realizar determinada acción. Poner límites significa en este caso a forjar la personalidad y no confundir “la libertad” con la “anarquía”, la libertad es la capacidad de decidir entre varias opciones, pero si primero no establecemos un orden lo que fomentamos es un comportamiento errático e inestable.
Relaciones:
En este caso, establecer nuestros límites nos ayudará a sufrir menos, esto no quiere decir que la realción esté ausente de conflictos, que incluso serán saludables si se negocian, se llega a un acuerdo, o ayudan a madurar la relación, pues en la mayoria de los casos tras un conlfico se forjan nuevos lazos. Para que esto funcione es imprescindible saber quién eres tú, que estás dispuesto a ceder y que no. Que estás dispuesto a consentir y que no.
Entonces, ¿Cuáles son tus límites?
¿Qué determina que eres un ser humano y qué no?… ¿Los límites de la piel? ¿Tu conducta? ¿Tu forma física?
¿Qué te diferencia de un animal? ¿Un árbol? ¿El Universo?
¿Cómo ocurre? Estás delimitado por tus creencias, por la forma de explicar los hechos que ocurren a tu alrededor. Los límites son necesarios, pues para trabajar con la realidad tienes que establecer y “etiquetar” las experiencias que tienes. La mayoría de los límites físicos los determina el cerebro por medio de ensayo y error, y eso hace que se componga una imagen de lo que estas viendo a través de tu experiencia con el mundo. Un bebé lanza continuamente los que tiene en las manos, experimenta con la gravedad, con el tacto, con la vista, con sus creencias…
Si reduces todo a la mínima partícula de explicación, al nivel atómico, desde la física, los límites se disipan, tan solo eres un conjunto de átomos que interactúan con el resto.
Si este fuera el universo, no habría diferencia entre “tú” y el resto de partículas. Sería un basto mar en movimiento, pero entonces el cerebro no podría trabajar para que nuestro organismo pueda sobrevivir, por eso reconoce patrones que interpretan la realidad que nos rodea a traves de los sentidos.
Sólo cuando nos movemos en niveles más complejos de explicación es cuando apareces y te defines.
Poner límites es:
- Conocerte
- Decidir tu propia vida
- Es saber DECIR NO.
- Es tener una IDENTIDAD.
- Es saber mantener tu intimidad.
- Saber que consentir y que no (opiniones, conductas, vida privada)
- Distinguir lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer.
- Saber detectar los chantajes emocionales los miedos y saber afrontarlos.
Aprendiendo:
Imagina una situación que te supondría un reto, como puede ser “Decir No” a alguien:
¿Cómo podrías decirle que no quieres hacer tal o cual cosa? ¿Qué consecuencias tendria? ¿Qué hace que normalmente cedas? el miedo, la vergüenza, el evitar el conflicto. ¿Cómo te sentirías si dijeras “no”? ¿Cómo podrías decirlo de forma asertiva? ¿Cuándo podrías ponerlo en práctica?
Reflexiona las preguntas, intenta posicionarte en una opinión, razónala, justifica tus emociones, tus valores y en cualquier caso muestralo a la otra persona para que empatice, te comprenda y haya diálogo en el caso que fuera necesario.
Ante todo, se tu mismo.
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Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga (Nº Colegiado: AO 07785 Colg. Psi. Andalucía Oriental). Master en Neurociencia por la Universidad de Salamanca. Coach (International Coach Federation – ICF) y Entrenador Personal (Federación Europea de Fitness y Pilates- FPEF)
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